Este libro de Savater, está
dirigido a su hijo, Amador, a quién intenta explicarle el significado de la ‘’ética’’,
y todos los conceptos que ella conlleva (libertad,
conciencia, librepensadores comportamientos…), así que, podríamos decir que
este libro está dirigido a los adolescentes, con la finalidad de alimentar las
distintas perspectivas de la ética que tenemos, ya que los adolescentes
tendemos a pensar que la ética no va a cambiar el comportamiento de las personas.
Todo el libro ronda en torno a un
concepto cercano a la ética: ‘’Haz lo que quieras’’, introducido con un
capítulo que habla sobre los motivos que inclinan nuestra conducta a un camino
u otro, con distinta fuerza: por miedo a las consecuencias, como las órdenes,
por comodidad o presión , las costumbres, y otras veces, motivos que creamos
nosotros, por capricho ( Y enlaza
este concepto con los capítulos siguientes). Con esto explica que, es cierto
que no podemos hacer todo lo que se nos plazca, y es que la libertad no trata
de eso, pero si podemos decidir si sí, o si no, podemos decidir, dándonos cuenta de lo que estamos
decidiendo. Savater hace
comparaciones de los animales y los seres humanos, y es que, nos hubiera
extrañado (pero no habría sido imposible) que Héctor hubiese decidido no
luchar; pero lo que si sería imposible es que una abeja decidiera hacer presas
de castores.
Más tarde, ese ‘’haz lo que
quieras’’ se transforma en ‘’darse la buena vida humana’’ (‘’La ética no es más que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor’’),
y ¿Por qué buena vida humana? Porque
los objetos se hacen viejos, y los animales no conservan su gracia en la
soledad, lo que queremos cada uno de nosotros es ser tratados como humanos, un
proceso recíproco, así que el ‘’darse la buena vida’’ finalmente es un ‘’dar la
buena vida’’
Pero en el mundo existen
imbéciles (y con imbécil nos referimos a débil de ánimo) que no quieren ‘’dar
la buena vida’’ por varias razones, porque bien no quieren nada, bien lo quieren
todo, o bien no sabe lo que quieren. Estas son las personas que carecen de conciencia, pero entonces ¿Las personas
con conciencia son egoístas?¿No están acaso buscando vivir la buena vida? El egoísta es el que quiere lo mejor para sí
mismo, siendo lo mejor la buena
vida.
A través de las historia de Ricardo III,
Savater relaciona la libertad con los
remordimientos, y es que el
remordimiento no es más que el descontento y la angustia con nosotros mismos
cuando hemos empleado mal la libertad; por eso el niño responsable no es el que
no hace nada malo, sino el que es capaz de asumir la culpa de algo que ha hecho
mal.
Otro concepto a mencionar: Irresistible. Cuando encontramos algo
irresistible, hace que quebremos la libertad y nos volvemos prisioneros de
algo, o alguien. Pero por esto no hay que temer al placer. Debemos saber
disfrutar y apreciar los placeres de la vida (Carme Diem como decían los romanos), y saber cómo disfrutar de todo
lo que nos rodea nos hace poner los placeres al servicio de la alegría; pero
como todo en exceso, hay que controlar ciertos placeres, porque a la larga nos
pueden hacer daño.
La ética y la política están muy
relacionadas, aunque a simple vista no lo parezca. La ética nos ayuda elegir lo
que más nos conviene, y la política ‘’intenta’’ organizar la sociedad para que cada
uno pueda elegir lo que más le conviene, por eso, para ‘’darse la buena vida’’,
es necesario pasar por encima de la política. Además, ambas tratan sobre qué
hacemos con nuestra libertad. Pero en la política, el problema que existe es
que sólo importan los resultados. Desde
el punto de vista ético, la política debe cumplir los siguientes requisitos,
como abstenerse de dictaduras, la justicia (a través de ponernos en el lugar de
otras personas) y la asistencia a las personas que requieran ayuda.
Concluyo con una opinión personal sobre finalmente qué pienso de la ética.
Los seres humanos nos
acercamos al futuro, construyendo, destruyendo caminos, y descartando
posibilidades, sin pensar si lo que estamos haciendo es lo mejor que realmente
queremos. Estamos cegados por lo que los demás nos dicen que debemos hacer, y
no analizamos de verdad lo que nosotros creemos que deberíamos hacer. Y es que
la ética, más allá de códigos y dogmas que rigen nuestra forma de actuar, es un
vivir bien, vivir bien, creando
nuestro propio código moral (siempre sin que nuestros actos no perjudiquen a
los demás, dejemos en paz los que no desean nuestro ideal), y es ese la
habilidad que nos dieron a nosotros, y no a los animales.
Crédito Realizado por Cristina León
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